El 25% de la población española sufre obesidad o sobrepeso debido a una mala alimentación y falta de ejercicio físico, relacionándose como causas directas de muertes prematuras y enfermedades crónicas.
La mala alimentación, encabezada por la comida rápida, ultra procesados y productos industriales, se ha extendido por todo el planeta hasta el punto de derivar en uno de los principales factores de riesgo para nuestra salud.
Esto se ha convertido en una verdadera epidemia global, difundida en la mayoría de los paséis del globo y que puede causar, si no se toman medidas urgentes, problemas sanitarios muy graves en los próximos años.
Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad y el sobrepeso actualmente representan uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, con especial incidencia en los más pequeños, revirtiendo los beneficios que siempre nos ha otorgado la famosa dieta mediterránea.
Todo esto, está fuertemente condicionado por ciertos factores sociales, económicos o culturales, ya que, como se ha demostrado en diferentes estudios, las clases sociales más desfavorecidas socioeconómicamente tienden a consumir carne, grasas y carbohidratos en mayor cantidad que frutas y verduras, pudiendo dedicar menos recursos al bienestar físico y a mantener una alimentación más equilibrada.
La obesidad y el sobrepeso, caracterizados por una acumulación excesiva de grasa corporal, normalmente son causados por una mala alimentación y un estilo de vida sedentario. Si bien es cierto que existe un componente genético de la obesidad, un factor que incide sobre la facilidad de perder peso y mantenerlo bajo.
A parte de cómo afectan el sobrepeso y la obesidad al factor físico, no debemos de dejar de lado el factor mental y psicológico, ya que las personas con sobrepeso se exponen a una verdadera estigmatización social que dificulta la socialización de esta persona. Se generan una serie de factores de desencadenan en el rechazo al propio cuerpo, provocando el aislamiento e incluso principios de depresión.
La obesidad como factor de riesgo
Tal es la importancia de esta cuestión y queda tan patente el riesgo que supone para nuestra salud que la obesidad y el sobrepeso son condiciones que se asocian a la muerte prematura e incluso se relacionan con patologías y enfermedades crónicas.
Un problema actualmente grave es el aumento de los niveles de obesidad en las edades infantiles y adolescentes, que derivan desde bien pequeños en dificultas respiratorias, problemas articulares, movilidad reducida y complicaciones en el sistema digestivo, aparte de otras de carácter psicológico.
Normalmente, quien es obeso desde pequeño tiende serlo también de adulto, aumentando el riesgo de desarrollar riesgos o enfermedades de naturaleza cardiovascular, como hipertensión, enfermedades coronarias, tendencias al infarto, alteraciones del metabolismo, hipercolesterolemia o diabetes.
Prevención
Para prevenir la obesidad y el sobrepeso no hay una fórmula mágica, más bien la receta es bien sencilla: llevar un estilo de vina sano.
Esto es, una alimentación correcta y una actividad física adecuada, ni más ni menos. Con estos dos sencillos pasos se puede controlar el propio peso y evitar llegar a niveles superiores que generen riesgo.
- Es importante aprender a generar hábitos alimenticios saludables, siendo esencial para mantener un peso corporal adecuado y asumir la cantidad correcta diaria de calorías.
- Los beneficios asociados a la actividad física son múltiples, siendo básico realizar semanalmente los ejercicios adecuados que ayuden a mantener el peso correcto o bajar al peso ideal.
Si un estilo de vida sano no resulta suficiente, se puede complementar con algunos suplementos alimenticios que contengan efectos termogénicos, saciantes o quemagrasa, productos que ayudan a la reducción de peso de forma natural, pero eso sí, no existen los milagros, su consumo debe estar estrechamente ligado a un estilo de vida sano para que tengan un mayor efecto.